Encontrar a alguien que te acepte tal y como eres, es difícil y aún lo es más poder convivir, porque el grado de comprensión y aceptación que necesitas hacia la otra persona tiene que ser enorme.
Es fácil equivocarse y por más experiencia que tengas en la vida no significa que te equivoques menos, solo aprendes a afrontar mejor las cosas.
En contraposición puedes pensar que son los demás los que se equivocan y que no tienes nada que aprender. Toda opinión es respetable, pero creo que para avanzar se necesita humildad y comprender que uno puede ser Agnes o Gru o ambos a la vez.
Yo elijo alejarme de la crispación, las palabras vacías, las falsas promesas y los inútiles propósitos de enmienda, propios o ajenos, sólo observo, callo, medito y actúo.
Los actos siempre hablan mucho más y mejor que las palabras.
Los fracasos y los golpes de la vida son oportunidades de crecimiento personal si tienes la actitud adecuada.
Soy muy imperfecto, cometo errores, pero no cambio el tipo de persona que soy por nadie, creo que la autoestima ponderada es muy importante y que toda posibilidad de felicidad, tanto en soledad como acompañado, tiene que comenzar necesariamente por la propia aceptación.
En resumen, aceptarnos a nosotros mismos para luego poder aceptar a los demás.
Y ya vale por hoy, como siempre sólo son pensamientos de un ser imperfecto en un apartado lugar de un hermoso Reino.